viernes, 6 de noviembre de 2009

Muchacha con aro de perla.


En mi vida existen una serie de eventos u objetos cuyo peso es tal, que el espacio tiempo de mi existencia se curva alrededor de ellos; el resultado de esto es que dichos objetos atraen hacia sí un número cada vez mayor de experiencias vitales, las que a la vez que aumentan la influencia del objeto, enriquecen con sus nuevos significados la trama de mi realidad y le suman momentum a mi esencia, impulsándola a seguir girando en la brillante espiral ascendente de la Vida. Mi universo se crea así, renovándose y reestructurándose permanentemente alrededor de tales entes. La mayoría de ellos son tan importantes y tan íntimos para mí que el mero hecho de intentar siquiera escribir al respecto resulta abrumador. Me ha costado una hora por lo menos escribir este párrafo.
Entonces, simplifiquemos. Para que todo esto sea más fácil de entender, y de compartir, observen este cuadro, Muchacha con aro de perla (título original, Het Meisje met de Parel, en holandés). Autor, Johannes Vermeer, hacia 1665.
Una persona que visitó mi casa no hace mucho tiempo, en la segunda o tercera visita que me hizo, me dijo "Oye, tú parece que tienes una obsesión con este cuadro, ¿no?". Qué poco elegante manera de hacerme notar que sí, que este cuadro es uno de mis objetos.
Es posible que lo haya visto antes, pero en diciembre del '92 fue cuando realmente este cuadro empezó a formar parte de mi mitología personal. Era la ilustración de la portada del Diario de Ana Frank (edición de bolsillo de P&J) que mis tíos me regalaron cuando yo tenía doce años. Gracias a la amorosa dedicatoria fechada que me escribieron en la contraportada es que sé cuándo. Leí el libro muchísimas veces durante mi preadolescencia; es verdad que yo no era una chica judía encerrada en un "anexo" durante la Segunda Guerra Mundial, pero de todas maneras llegué a identificarme bastante con ella. La primera vez que lo leí, y me encontré en el epílogo con que Ana Frank había muerto en un campo de concentración dos meses antes de la liberación de Holanda, se me escaparon un par de ardientes lágrimas. Ya sé que hay toda una discusión al respecto de la autenticidad del Diario, pero que yo sepa hasta el momento se considera auténtico. Durante mucho tiempo, para mí Ana Frank tuvo el rostro de la Muchacha con aro de perla. Es posible que hasta este blog sea una especie de Diario en honor a Ana Frank, que escribía para expresarse dentro de su encierro. Mis muros son de otra especie, pero están ahí igual. Y la expresión de la Muchacha con aro de perla podría igualmente ser la mía.
Leí el libro del mismo nombre que escribió Tracy Chevalier (publicado en 1999) el año pasado, en verano. Estábamos pasando con mis padres una semana de vacaciones en Viña, y el primer día no hallamos nada mejor que irnos a meter a la Feria del Libro que justo partía allá ese mismo día. Craso error. Salimos de allí con por lo menos 10 libros mi viejo y yo (mi amá se llevó 4 ó 5, y mi hermano no estaba). Entre esos 10 libros estaba el de Tracy Chevalier, en una edición de bolsillo barata (de Punto de Lectura). Creo que no fuimos a la playa ni un día. Nos quedamos en el departamento leyendo casi toda la semana, los tres, cada uno con sus libros. Aunque puede parecer fome, la verdad es que disfruté mucho esas vacaciones con mis padres, compartiendo con ellos el placer de invertir el tiempo libre ganado durante el trabajo del año en leer y comentar las lecturas. Y fue emocionante leer La joven de la perla por primera vez entonces. Tenía susto de que no llenara mis expectativas, pero como suele sucederme, el miedo demostró ser absurdamente infundado. Me fundí leyendo el libro, totalmente absorta, viviéndolo entero en una noche de esas vacaciones, a la luz escasa de la lamparita del velador, lo que le añadió un encanto que no puedo describir. El libro y el momento en que lo leí se conjugaron para construir toda una hermosa historia alrededor de mi cuadro. Más material para mi mitología personal.
Hay además una película basada en el libro, del '03, también del mismo nombre. No la fui a ver al cine, no sé por qué. Pero un día, no me acuerdo hace cuánto tiempo, estaba haciendo zapping en el cable cuando aterricé de lleno en unas imágenes que, en dos segundos, elicitaron una sensación de dejá vu que me hizo dar un bote y quedarme pegada, expectante, mirando la pantalla... Sí es, maldita sea, sí es! Y era, claro. Cómo no, si la verdad es que ver la película es como ver los absorbentes cuadros de Vermeer, pero en movimiento: la luz, los colores, los personajes, los escenarios. El soundtrack fue un nuevo elemento a añadir al hechizo del cuadro. Y los actores están magistrales. Scarlett Johansson merece todo mi respeto como actriz desde que vi esta película; Colin Firth hizo que se me cayera la baba; y Cillian Murphy... Bueno, Cillian Murphy es tan arrebatadoramente guapo que casi entiendo a Griet yéndose con él. Obviamente ver una película no es lo mismo que leer un libro; pero en este caso, recomiendo ambas opciones. Cada una de las dos le entrega algo distinto a la historia. No se las pierdan.
Hace unos cuatro años fui a Holanda de nuevo, a Amsterdam; ya había ido una vez cuando pequeña, a los 3 años de edad, con mis padres y hermano. Apenas recuerdo esa primera visita, pero ello incluso puede contribuir a explicar la ya conocida sensación de dejá vu que me sirve como marcador de la conexión con alguno de los preciados objetos que menciono en el primer párrafo de esta entrada, y de éste en particular... Pero de mi segunda (y tercera) visita sí tengo recuerdos, y de los mejores. Creo que Amsterdam, además de ser una ciudad entretenida, es muy hermosa. Claro que no es Delft (la ciudad donde vivía Vermeer). Pero para mí, que estuve sólo de paso en Amsterdam y que sólo tengo de Delft los cuadros de Vermeer, se le parece. Los canales, la luz, el frío; la sensación de estar en un lugar nuevo pero familiar al mismo tiempo. Todo ello está amarrado a mi experiencia de este cuadro. Claro que quise verlo cuando estuve allá; pero la Muchacha con aro de perla está en La Haya, no en Amsterdam, por lo que aún tengo una gran tarea pendiente. Sí fui al Rijksmseum, donde está otro famoso cuadro de Vermeer, Criada con cántaro de leche (hacia 1658-60). Pero no es lo mismo; no, no es lo mismo.
La Muchacha con aro de perla fue restaurada en 1994. La restauración desnudó los reales colores que había bajo el barniz amarillento que la cubría, mostró un pequeño brillo (que antes no se veía) en el ángulo de los labios, y eliminó una mancha blanca que no formaba parte de la pintura original en la zona inferior de la perla. La versión restaurada del cuadro es la que muestro arriba; ahora sí que es perfecto. A la mierda la Mona Lisa. En el libro hay una frase que se refiere al cuadro: Parecía que estaba esperando algo que no creía que fuera a suceder nunca. Yo sé lo que es tener esa mirada; también es la mía. La Muchacha con aro de perla aún me está esperando en el Mauritshuis. Y cuando pueda verla allá, volviéndose hacia mí desde el otro lado, habré cerrado un círculo de mi espiral.


Más sobre Muchacha con aro de perla:

Sitio oficial del cuadro en la página del Mauritshuis
Sitio oficial de la película
El Libro Girl with a Pearl Earring en Wikipedia
Ana Frank en Wikipedia (en español)

10 comentarios:

  1. lei y lei y lei y por fin llegue la final!
    jijijiji

    weno en realidad no se que mas comentar
    que el tema del deja vu en los viajes
    que me parece increible,
    el cuando uno llega a un lugar
    donde uno nunca ha estado, pero hay algo
    que lo hace recordar a uno como si estuviera
    en casa o arropado con la mantita regalona.

    es pulento, me he sentido pocas veces asi
    en mi vida, y cada vez que me pasa es magico
    por eso me gusta viajar.
    no por adonde viajo, sino por la esencia
    del lugar y la sorpresa de como uno se
    siente cuando llega por pirmera vez
    o cuando pasa algo y uno siente que el lugar
    ya lo hubiera vistado anteriormente.

    y con respecto a la mina de la perla,
    jijijiji,
    es muy rica la escarlet, pero como que
    se chaneo, antes era mas rica
    pero ahora es una pechugoncita mas,
    rica si, pero perdio el encanto.

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  2. Gabi!
    no puedo parar con tu blog, está de pelos tia!
    por acá todo bien, de tus augurios...todos reales tia!
    muaacks!

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  3. Pako: Te voy a dar el Premio Santiago a la Fidelidad y la Constancia. Tauro tenías que ser. Lo que quiero decir es: Gracias por ser mi Hermano.
    Andredas: Wena lola! Vale por darte el tiempo; siéntete como en tu casa aquí, seguro que encuentras más de algo que te gusta. Porfa házmelo saber; me gustará mucho.

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  4. No sé en qué diabólico momento ocurrió el shift en el que el rescate del individuo se fue a la mierda, y en vez de seguir explorando los instantes humanos del sujeto (sujeto estético, como de los cuadros holandeses de Van Eyck, Rembrandt, Vermeer, etc.) se transformó en un sistema tan horrible como el actual. (Estoy pegado con Max Weber.)

    Vi la película y me impresionó muy positivamente. El libro no lo he leído, acaso por el mismo prejuicio jetón, que ya me has disipado. Cuando lo vea, consideraré la compra en gracia a tu comentario.

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  5. Niko: Vale por el post. Creo que lo que tengo que decir es que la progresiva superficialización que nos hemos cocinado y servido hace que la Muerte sea una weá a la que tememos cada vez más. Así que andamos todo el tiempo rápido, arrancando de ella y del merecido e indigesto Angst posterior... Y creemos que disfrutamos la vida cuando lo único que ocurre es que andamos acumulando un número cada vez mayor de "bienes" que hagan el paradójico milagro de hiperestimularnos y anestesiarnos a la vez. Capaz que esté proyectando. Pero creo que actualmente los "instantes humanos del sujeto" (estético o no) están en serio peligro de extinción, dado que no contribuyen al sistema, sino más bien al contrario. Buéh. Los Hombres Grises nos están invadiendo, pero no les dejaré que se fumen mi Vida. Un abrazo, Niko. Saludos a la Catte!

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  6. Es electrizante la descripción que haces de la pintura de Vermeer. En mi caso me gusta casi toda su obra tanto como a tí ese cuadro puntual. Su capacidad para plasmar la luz de su época, esa sensación de que huebiese logrado congelar un momento sin que por ello se vuelva hiperrealista... sus cuadros son una habitación con luz cálida, no una fotografía de ella. Es simplemente delicioso.

    Me gustaría también conocer los lienzos realizados por Van Meegeren, su falsificador. Él estuvo lucrando con la venta de cuadros que atribuía a Vermeer, y después de la 2ª Guerra lo apresaron por tráfico de patrimonio nacional y otros cargos, por lo que se vió obligado a confesar que él mismo habia realizado las pinturas. Obviamente no le creyeron, ya que expertos y críticos de arte habían sometido a exámen los lienzos y los habían autentificado. Así que su abogado propuso que se le pusiera a prueba haciéndole pintar ante testigos un nuevo cuadro de Vermeer. No solo lo hizo en términos de estilo y estética, también se preocupó de conferirle la pátina necesaria para que se viera más antiguo, ocupó los mismos pigmentos, pinceles con el mismo pelo que usaba en gran pintor (por si alguno se quedaba pegado al lienzo) y las mismas telas, Y en rigor tampoco falsificó nada, pues los cuadros que pintaba no eran copias de los ya realizados por Vermeer, así que redujeron su condena a solo un año de prisión, por engaño... a los nazis.

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  7. A lo largo de la vida cada uno de nosotros va dotando de sentido a objetos, lugares o personas. Incorporando significados que profundizan la relación que se establece con ellos, de tal modo que su sola imagen logre evocar en nosotros recuerdos, actuando como un aparato mnemotécnico.
    Es por eso que la descripción que realizas da cuenta de tu propia memoria y existencia. Partes con la pintura, enlazas con Vermeer, aparece Cillian Murphy y también aquellos que junto a ti han observado el cuadro, aquellos que han opinado y aquellos que hoy opinan... nosotros, éstos últimos, ahora también estamos incorporados a tus objetos, pues por el acto de comentar lo que escribes añadimos un eslabón más a la cadena de tus recuerdos...

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  8. bueno me parecio muy importante x asi podremos dar un significado mas important a la cine y los objetos q hay en el esa pèlicula o obra q veamos ya saves tiene un significado

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  9. me parece muy interesante para todos recomiendo leerla x asi veras como q significad tiene los objetos

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  10. es muy chevere esta obra pero deverian verla en su palicula es mas espectacular cada sonido cada parte es ....impresionante

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